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sábado, 21 de junio de 2014

Danger!...











Cum control, maravilloso...


BDSM - CUARTO NIVEL. El control profundo.



Para llegar a este nivel, resultan indispensables dos condiciones: que se hayan experimentado los niveles anteriores y que exista un alto grado de afinidad, confianza y comunicación entre ambos.

Los participantes tienen claras las preferencias y límites, tanto de si mismos como de su pareja.

Las prácticas dejan de ser algo eventual y se vuelve eje de los encuentros, que ahora son sesiones en forma, con prácticas elaboradas y rituales preparados ad hoc.

Hay ya el uso de parafernalia especial, collar, cadenas, fuetes, látigo, etc.
El castigo y la humillación son llevados a niveles profundos, según se haya acordado implícita o explícitamente.

El bondaje y el spank se especializan, el sumiso experimenta cera, pinzas, enemas y atmosferas de tensión emocional, e incluso otras aun mas extremas, como el fisting, scat, exhibicionismo, esclavismo 24/7, etc.

Los participantes suelen implementar una palabra de emergencia para en caso de que se llegue a situaciones mas allá de lo acordado o de la resistencia

Durante las sesiones, el dominador busca reiterar su control a través de los castigos y humillaciones. Cada gemido de su sometido le confirma que lo posee y que es su dueño, y esa posesión le provoca excitación.

En el sometido, cada insulto y cada castigo le recuerdan que es propiedad de su castigador, y el sentirse poseído le hace sentir seguridad, lo que finalmente se traduce en placer.

Los participantes desarrollan una profunda y paralela convicción de haber nacido, uno para ser servido, y otro para servir. En su mente se encuentra instalada ya la percepción de posesión y pertenencia mas allá de lo que duran las sesiones. En cualquier lugar y hora de día, cada uno puede sentirse poseedor-poseído por el otro. Entre ambos se generan sentimientos de propietario-pertenencia a un nivel que puede llegar a lo obsesivo.

En esta etapa los dos buscan experimentar estados cada vez más profundo y más intensos mediante prácticas que los pueden llevar cada vez a terrenos de mayor control.

El dominante desea experimentar actividades con límites cada vez mas amplios, tratando siempre de confirmar, que tanto es cierto que su sometido le pertenece.

BDSM - NIVEL TRES. El control físico y mental.

En este nivel el ingrediente mental es indispensable, y resulta tan importante como el sexual. 
 
Los practicantes de este nivel exploran la manipulación de los sentidos. Los juegos de humillación, vendaje de ojos, el bondage, y la aplicación de castigos con cierto nivel de dolor, son comunes.
El dominante decide el tipo de prácticas que se realicen, pero en función de la expectativa del sometido.

Al sumiso le resulta imposible el gozo si su dominador no lo obtiene.

Los encuentros requieren cierta preparación y su duración es notablemente mayor que un encuentro común, tanto que ya puede hablarse de una sesión, porque implica una planeación.

En este nivel hay un incremento en el morbo por experimentar lo prohibido, normalmente las parejas inician con ciertas prácticas, pero pronto empiezan a incluir otras, sin embargo siguen considerándolas como complemento importante en su vida sexual. Un buen ejemplo de este nivel es el mostrado en la película nueve y media semanas.

En esta etapa, los practicantes de Dominio-sumisión, encuentran en ella un campo exploratorio y de autoconocimiento.

Se descubre que el sometimiento, el dolor, la humillación y otras actividades sado serviles, provocan la liberación de grandes cantidades de endorfinas que hacen que el organismo experimenta sensaciones intensas y trastornantes.

Esto funciona muy parecido a lo que experimentan los fans de los deportes extremos, o quienes en un parque de diversiones se sienten atraídos por la montaña rusa.

Otro elemento presente de manera invariable y permanente, es la necesidad de hacer explicito el control, para el dominante ejercerlo, para el sumiso, recibirlo.

También se percibe a la Incertidumbre, como un factor altamente excitante, el no saber lo que sigue, genera una tensión placentera.

Hay curiosidad exacerbada por un deseo exploratorio, que dicho sea de paso, fue el elemento crucial en la evolución del homo sapiens. Por esto es tan común la práctica de vendar los ojos al sumiso.

El ponerse en manos de alguien, no saber lo que sigue, pero mantener la seguridad de que finalmente no serán lastimadas mas allá de lo acordado, es una de las experiencias mas intensas en las practicas de dominio y sumisión.

Aquí, las prácticas dejan de ser light y pasan a un nivel mas intenso pero controlado. 

Humillaciones permanentes, Spank, lluvia dorada, escupitajos, lamer botas y axilas, ataduras elaboradas, uso de látigo, control a distancia, etc. se vuelven cotidianas.

Tanto el dominador como el sometido exacerban sus roles, adoptan sus papeles más allá del tiempo que duran los encuentros, tanto previamente como posterior a ellos. Esto puede suceder por horas o días pero siempre trasciende el momento del encuentro como tal.

En este nivel, los participantes se interesan por indagar más del tema, ingresan a grupos y sitios afines, buscan otros interesados, contactan encuentros en línea o en vivo;, y cuando son responsables, también se informan sobre los riesgos posibles y métodos recomendados.

Muchos individuos realizan este tipo de prácticas solo por razones de curiosidad y de experimentación, o por tener parejas que les facilitan el acercamiento.

 Luego de que su curiosidad ha sido satisfecha o que cambian de pareja, regresan a las prácticas usuales.