lunes, 13 de enero de 2014
La Diferencia entre el SM y el Abuso
Consentir en jugar no signfica consentir en hacer cualquier cosa. Tienes el derecho de establecer límites.
La Diferencia entre el SM y el Abuso
La diferencia más básica entre el SM y el abuso es el Consentimiento.
No es consimiento si …
No le diste expresamente el consimiento.
Tienes miedo de decirle no.
Le dices sí para evitar el conflicto.
Le dices sí para evitar consecuencias (por ejemplo: una lucha, perder el trabajo, perder tu casa, la revelación de tu orientación sexual).
El SM es…
Siempre consensual.
Hecho con respeto para los límites.
Disfrutado por todas las parejas.
Divertido, erótico y cariñoso.
Hecho con un entendimiento de confianza.
Nunca hecho con el intento de hacer daño.
Puedes ser abusado si…
No puedes retirar el consentimiento y parar lo que está pasando en cualquier momento.
No puedes expresar límites y necesidades sin ser ridiculizado, criticado o coaccionado a cambiarlos.
Tu pareja te amenaza con revelar que practicas el SM o que eres poliamoroso, gay, lesbiana, bisexual o transgénero.
No sientes como si el juego SM realzara tu relación.
No puedes rehusar de hacer actividades ilegales.
No puedes expresar sentimientos de culpa, celos o tristeza.
No sientes libre de hablar con familia y amigos cuando quieras.
Tu pareja te ha amenazado con hacerles daño a tus hijos, a tu familia y/o a tus mascotas.
Estás confundido sobre cuándo empieza o termina una escena.
Tienes miedo de tu pareja fuera de las escenas negociadas.
Tu pareja te dice que tiene el derecho de controlar tu comportamiento por su género, sus ingresos o por otros factores externos.
Tu pareja te ha amenazado con hacerte daño o con hacerse daño a sí mismo si dejas la relación.
Tu pareja prohibe que te relaciones con la comunidad SM o que aprendas más sobre el SM.
Sientes atrapado en la relación.
Sientes atrapado en un papel específico (como sumiso o dominante).
Tu pareja ha destruido o roto tus pertenencias.
Tu pareja no hace caso de tus palabras seguras o trata de convencerte de no usarlas.
Tu pareja no respeta tu deseo de practicar el sexo más seguro.
No sientes libre de expresar tus creencias personales, religión, preferencia sexual, identidad de género o interés en el SM sin miedo de ser ridiculizado.
La Diferencia entre el SM y el Abuso
La diferencia más básica entre el SM y el abuso es el Consentimiento.
No es consimiento si …
No le diste expresamente el consimiento.
Tienes miedo de decirle no.
Le dices sí para evitar el conflicto.
Le dices sí para evitar consecuencias (por ejemplo: una lucha, perder el trabajo, perder tu casa, la revelación de tu orientación sexual).
El SM es…
Siempre consensual.
Hecho con respeto para los límites.
Disfrutado por todas las parejas.
Divertido, erótico y cariñoso.
Hecho con un entendimiento de confianza.
Nunca hecho con el intento de hacer daño.
Puedes ser abusado si…
No puedes retirar el consentimiento y parar lo que está pasando en cualquier momento.
No puedes expresar límites y necesidades sin ser ridiculizado, criticado o coaccionado a cambiarlos.
Tu pareja te amenaza con revelar que practicas el SM o que eres poliamoroso, gay, lesbiana, bisexual o transgénero.
No sientes como si el juego SM realzara tu relación.
No puedes rehusar de hacer actividades ilegales.
No puedes expresar sentimientos de culpa, celos o tristeza.
No sientes libre de hablar con familia y amigos cuando quieras.
Tu pareja te ha amenazado con hacerles daño a tus hijos, a tu familia y/o a tus mascotas.
Estás confundido sobre cuándo empieza o termina una escena.
Tienes miedo de tu pareja fuera de las escenas negociadas.
Tu pareja te dice que tiene el derecho de controlar tu comportamiento por su género, sus ingresos o por otros factores externos.
Tu pareja te ha amenazado con hacerte daño o con hacerse daño a sí mismo si dejas la relación.
Tu pareja prohibe que te relaciones con la comunidad SM o que aprendas más sobre el SM.
Sientes atrapado en la relación.
Sientes atrapado en un papel específico (como sumiso o dominante).
Tu pareja ha destruido o roto tus pertenencias.
Tu pareja no hace caso de tus palabras seguras o trata de convencerte de no usarlas.
Tu pareja no respeta tu deseo de practicar el sexo más seguro.
No sientes libre de expresar tus creencias personales, religión, preferencia sexual, identidad de género o interés en el SM sin miedo de ser ridiculizado.
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